De viaje
Migjorn y Pujol, Formentera
Formentera, vacaciones inolvidables en un lugar paradisiaco. En el mes de julio decidimos pasar unos días en esta preciosa isla. Nuestra participación en la pasarela Moda Cálida y todo el trabajo que nos supuso bien merecía un buen descanso. Tan solo pasamos tres días en Formentera, tiempo suficiente para enamorarnos de la más pequeña de las Islas Baleares. Sus hermosas playas, acantilados, pueblitos, restaurantes, hoteles con encanto nos han dejado con muchas ganas de volver.
Nuestra aventura comenzó en Ibiza, isla desde la que cogimos uno de los numerosos barcos que salen cada media hora rumbo a Formentera. Disfrutamos de un paseo de 45 minutos muy agradable del que destacamos tanto la tranquilidad de sus aguas como la belleza del paisaje.
Lo primero que hicimos al desembarcar en Formentera fue ir al encuentro de unos amigos con los que decidimos almorzar en el restaurante del Hotel Gecko que, en nuestra opinión, es uno de los mejores hoteles de la isla si lo que buscas es tranquilidad, paz y calidad. De hecho, el periódico The Sunday Times seleccionó el Gecko como uno de los mejores hoteles de playa del Mediterráneo.
Rodeado de dunas, mar y bosque, el Gecko presume de estar situado en primera línea de la playa de Migjorn. Es una zona muy tranquila en la que sus visitantes habituales son los propios del hotel y, dada la exclusividad del mismo, el descanso y la tranquilidad está garantizada. La playa, de arena blanca y aguas cristalinas, resulta muy apacible.
Nos quedamos toda la tarde charlando y tomando algo en los sillones del jardín del Gecko desde los que disfrutamos de las espectaculares vistas al mar. La música lounge se mezclaba con el sonido del mar, algo inolvidable.
Las hamacas y camas de madera en la misma arena invitan a pasar momentos imborrables, algo que verdaderamente disfrutamos y que esperamos encontrar cada vez más en las Islas Canarias.
En el Gecko Beach Club también podrán encontrar exclusivas boutiques con mucho encanto. Nos resultaron algo caras aunque algo picamos.
Uno de los puntos fuertes del Gecko es su cuidada decoración. Tanto las boutiques como el restaurante y el hotel domina un estilo sencillo y elegante.
Para disfrutar del atardecer optamos por acercarnos a la terraza del restaurante Chezz Gerdi. Está en Pujol, exactamente en Camí de sa Beuradeta. ¡Qué sitio tan bonito y qué agradable! ¡Nos encantó!
Ver el atardecer desde Chezz Gerdi fue algo mágico. Comenzamos con un aperitivo y unas copas mientras disfrutamos de la puesta de sol sobre el mar con Ibiza en el horizonte como protagonista. La terraza está situada en primera línea de mar por lo que nos dejamos llevar por la atmosfera relajante, la luz intensa del atardecer, el sonido del mar y toda la belleza del entorno. ¡Algo verdaderamente mágico! Se los recomendamos al 100%.
Decidimos cenar en el mismo restaurante. ¡Y cómo se come en Chezz Gerdi! Disfrutamos de una maravillosa cena entre amigos aderezada con el ruido de las olas rompiendo a pocos metros de donde estábamos. Sin duda, otra cita obligatoria si piensas ir este verano a Formentera.
Además, si eres de los afortunados que pueden llegar en barco, el Chezz Gerdi cuenta con un espigón de atraque a disposición de los clientes. ¿Qué más se puede pedir? ¡Un lujo!
En Chezz Gerdi despedimos nuestro primer día en Formentera. Pronto les contaremos con detalle cómo continuaron nuestras mini vacaciones en esta preciosa isla de las Baleares.
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